No es verdad que todo se sabe sobre el stress y las afecciones cardiacas.
Es cierto que las revistas están plagadas de artículos sobre estrés.
Las mujeres se sienten estresadas al sentir que deben cumplir múltiples roles y realizar varias actividades simultáneas, el bendito «multitasking» y sus derivados.
Los hombres concentran el stress en su responsabilidad laboral, el tener que sostener la figura de ejecutivo exitoso y cumplir con las exigencias económicas familiares.
Pero… la ciencia no ha dejado aún en claro, qué tipo de estrés es perjudicial para la salud y qué de los que llamamos estrés es parte de nuestra cotidiana vida moderna pero no nos afecta.
Es posible que cuando las situaciones estresantes superan nuestra capacidad de adaptación o cuando persisten durante mucho tiempo puedan dañarnos.
Ciertas situaciones externas son más probablemente generadoras de estrés nocivo: la enfermedad o muerte de un familiar, los despidos laborales o los divorcios, por lo que requieren de especial atención.
Tal vez una de las ideas más innovadoras respecto a este tema es que pareciera que no importa cuanto estrés sientas que tenés, sino si crees que el estrés está afectando tu salud.
Si están convencido que te estás “enfermando de estrés” es posible que efectivamente eso esté sucediendo y es vital consultar al médico.
Si por el contrario trabajas “demasiado”, no sabes decir “no”, tenés una agenda incumplible o deseas repartirte en pedazos o comprar tiempo, pero no te sentís enfermo, posiblemente puedas seguir adelante sin graves consecuencias.
Algunos síntomas que pueden ayudar a tomar la decisión de consultar son
- los trastornos del sueño, ya sea que te cueste conciliarlo o que te despiertes por la noche y no logres volver a dormir,
- la presencia de palpitaciones,
- hormigueo en las manos o cara,
- temblor espontáneo de los músculos de los ojos,
- problemas de piel,
- cambios de humor o apetito,
- pérdida de interés en las cosas,
- ansiedad o tristeza.
Ahora, sobre lo que sí hay mucha evidencia es de los beneficios de descansar, hacer actividad física, comer de manera saludable y cuidar el cuerpo.
Fuente: Does the Perception that Stress Affects Health Matter? The Association with Health and Mortality Health Psychol 2012;31:677–684.