El colesterol es una sustancia grasa necesaria para el organismo, entre otras cosas para la formación de las hormonas sexuales y las sales biliares que participan de la digestión. Los triglicéridos también son un tipo de grasa, que contribuyen a la reserva energética del organismo.
En la sangre el colesterol se une a unas partículas llamadas lipoproteínas, de las que existen varios tipos, entre éstas: las LDL, que transportan el colesterol desde el hígado a todas las células y se depositan en las paredes de las arterias (LDL-colesterol o “malo”) y, las HDL , que transportan el exceso de colesterol hacia el hígado, donde se destruye (HDL-colesterol o “bueno”).
El aumento del colesterol LDL y de los triglicéridos y/ó las bajas concentraciones del colesterol HDL, favorecen que la grasa de a poco se deposite en las paredes de las arterias, lo que se llama aterosclerosis, un proceso lento y difícilmente reversible.
Por eso, es muy importante detectar precozmente si una persona tiene colesterol malo elevado y tratarlo, ya sea con dieta y/o medicación, para evitar que se formen placas ateroscleróticas que comprometan el flujo de sangre y la irrigación del corazón y el cerebro.
Básicamente los valores recomendables son los siguientes:
- Colesterol total: menos de 200 mg/dl
- Colesterol LDL o malo: menos de 130 mg/dl, idealmente menos de 100 mg/dl y menos de 70 mg/dl en pacientes con enfermedad cardiovascular o diabetes.
- Colesterol HDL o bueno: mayor de 50 mg/dl
- Triglicéridos: menos de 150 mg/dl
¿Cuándo tengo que hacerme los controles?
Es muy importante realizar mediciones periódicas porque el colesterol elevado no da síntomas.
Las mujeres que tienen factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial (presión arterial elevada), diabetes, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, sedentarismo, tabaquismo y sobrepeso u obesidad deben controlarse con más frecuencia y desde edades muy tempranas. Es especialmente importante que las mujeres se controlen después de los 45 años, ya que en la menopausia, el descenso de las hormonas sexuales se asocia con un aumento del colesterol malo y los triglicéridos y con un descenso del colesterol bueno. Estos cambios pueden producirse aún en mujeres que en edades fértiles tenían valores normales de lípidos.
¿Puedo tener colesterol alto si tengo una alimentación con poca grasa?
Sí, existen casos de hipercolesterolemias familiares, es decir de enfermedades que se transmiten genéticamente, en las que el organismo produce excesivo colesterol. Estas mujeres suelen tener valores muy elevados de colesterol en sangre, aún cuando la alimentación sea saludable.
¿Cómo se puede reducir el riesgo asociado al colesterol?
Existen tres pilares en el estilo de vida para reducir la hipercolesterolemia: hacer ejercicio, alcanzar y mantener un peso adecuado y tener una alimentación saludable. La dieta debe ser variada, rica en frutas y verduras, evitando especialmente las grasas trans y los alimentos ricos en colesterol y grasas como los lácteos enteros, la yema de huevo, las carnes grasas, la manteca y los fiambres.
Realizar actividad física de manera periódica reduce el colesterol LDL o malo y los triglicéridos e incrementa el colesterol HDL o bueno. Es ideal realizar 150 minutos de actividad aeróbica por semana.
¿Qué mujeres deben tomar medicación para el colesterol o los triglicéridos elevados?
Todos las mujeres con colesterol elevado tiene que tener una alimentación saludable y realizar actividad física con regularidad. En algunos casos están indicados además, fármacos que reducen el colesterol, como en las mujeres con alta probabilidad de tener enfermedades cardiovasculares por la presencia de otros factores de riesgo, en las pacientes que ya tuvieron un evento cardiaco o cerebrovascular, en las diabéticos, y en todas aquellas que no alcancen las metas de colesterol y triglicéridos deseados a pesar de la dieta y el ejercicio.
Si tenes más dudas dudas, te esperamos en una consulta para ayudarte a cuidar tu corazón.